¿Puede un país entero ponerse una venda en los ojos y no ver lo que pasa? La historia nos demuestran que sí.
No todos los alemanes fueron nazis, pero todos los nazis sí fueron alemanes, y no fueron uno o dos lunáticos exaltados, sino millones. Algo de culpa, por complicidad pasiva y tontorrona, tiene el alemán de a pie. Tal es así que hasta el día de hoy rehuyen el tema por bochornoso y tratan de sepultarlo en la fosa de la desmemoria colectiva.
El proceso mental que lleva a la anestesia general de un país siempre encuentra alguna justificación basada en la realidad. El Tratado de Versalles, firmado tras la Primera Guerra Mundial, fue tan humillante y oneroso para los alemanes que explica en parte cómo un país pudo caer en brazos de un enano acomplejado que prometía sacudirles de encima el yugo de la posguerra.
Buscar un chivo expiatorio para los males propios es un tan viejo como la Humanidad. Ya Adán le dijo a Dios, cuando enfilaban cabizbajos la salida del Edén, “Eva me invitó”. Algo tan cierto como que fue él quien comió primero. Nerón trato de tapar su desgobierno acusando a los cristianos de incendiar Roma y los mandó a los leones entre los aplausos del respetable. Y Galtieri consiguió hacer creer a todo un país que el principal problema no era él mismo y el régimen que encabezaba… sino los ingleses.
Pero la Historia puso a cada uno en su lugar. Adán pasó a los libros como el mayor tontolabas desde la época de los dinosaurios; Nerón como un mentiroso compulsivo y Galtieri como una vocación frustrada de la milicia que hubiera hecho carrera en el departamento de marketing de alfajores Habana.
Los países creen lo que quieren creer. Por amorfa que sea la explicación, la falta de perspectiva, la cercanía a los hechos y la conveniencia general, hacen que los cuentos chinos más inverosímiles acaben siendo digeridos sin mayor problema. El miedo es libre y la fe, un acto sublime de libertad. En el fondo, uno cree porque cree y pero también cree porque quiere creer.
Que los culpables de la crisis de AA fueron Iberia y Marsans es la rueda de molino que comulgó un país entero.
sábado, 13 de septiembre de 2008
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