sábado, 13 de septiembre de 2008

Primer Mandamiento: “AA fue vaciada por los españoles”

Esta idea es la piedra angular sobre la que descansa el debate sobre la nacionalización de AA. Partiendo de ella, es más fácil resolver el rompecabezas, pues todo encaja.

La tesis de que los españoles saquearon Aerolíneas es una idea feliz: sencilla, creíble, fácil de asimilar y sobre todo, conveniente. De ser cierta, ni el gobierno ni los trabajadores de la aerolínea habrán tenido culpa de nada, pues otra vez más, el país habrá sido víctima de turbios manejos foráneos que desembocaron en el caos. A fuerza de repetirla en prensa, radio y TV, la tesis se convirtió en verdad oficial y caló rápidamente en la sociedad. La clase política advirtió desde el principio el potencial extraordinario de la idea: si los españoles habían saqueado la compañía, nadie podía exigirles ninguna responsabilidad. Aunque durante todos esos años fueran ellos los que pactaron el precio, las condiciones de la venta y las tarifas, y se encargados de monitorear el día a día de la aerolínea.

Las cosas se hacen mal -dicen- no porque “yo” las haga mal, sino porque "alguien" las hace mal por mí. Esta forma de pensar actúa como un mecanismo de defensa colectivo para cubrir los fallos propios. Y los resultados están a la vista: los errores no se enmiendan, las medidas no se toman y los responsables no son castigados… porque como son “Los Otros” quienes manejan mis hilos, no hay errores que corregir, ni responsables que castigar, ni entuertos que enderezar.

Un país que hace del diván su fetiche nacional debería entender lo peligrosa, casi suicida, que es esta conducta: pensando de ese modo, nos abonamos a una manía persecutoria con poco de cierta y mucho de paranoica. ¿Qué pensaríamos de un ciudadano noruego o neozelandés que sugiriera un complot internacional para arruinar el despegue de sus remotos países? La sola idea nos parece sencillamente absurda y un síntoma de la mala salud mental o escapismo facilón. Si esos países tienen problemas, ¿no será más lógico pensar que los tienen porque sus gobernantes hacen las cosas mal?

Todo el mundo sabe que uno de los pilares en los que se apoyo el modelo desarrollista de Néstor Kirchner fue la congelación de las tarifas de gas, agua, electricidad y transporte. Cuando Marsans se hizo con el control de AA, en el 2001, el barril de petróleo estaba en 30 dólares. Cuando se nacionalizó la compañía, su precio era de 140 dólares. El combustible es, después de los salarios, el segundo gasto más importante de cualquier compañía aérea.

Un trabajador que en el 2001 cobraba 1000 pesos, a un 20% anual de aumento, en el 2008 pasó a ganar 3580 pesos. Y así, con todo, salvo con el precio de los billetes, que la empresa quería actualizar y el gobierno no. ¿Alguien, en su sano juicio, se atreve a acusar a Marsans de vaciamiento cuando del 2001 al 2008 las cosas subieron un 240% y por ley los billetes de avión estaban congelados? Pues no sólo hubo quien se atrevió a hacerlo sin sonrojarse sino lo que es peor: millones de personas que lo creyeron.

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